Estamos de nuevo en casa
Hace 86 años...
en una pequeña zapatería de San José, Don Roberto y Don Fausto estaban reunidos para iniciar con un proyecto deportivo que, inspirado en el apellido de Don Ricardo, llegaría a ser la institución de fútbol más grande y ganadora de Costa Rica y Centroamérica. Estos hombres, enamorados del fútbol, jamás imaginaron la grandeza y la historia que su equipo iba a tener. La vuelta al mundo. El hexacampeonato. El tercer lugar en el Mundial de Clubes. La amplia diferencia en clásicos nacionales ganados. El mayor exportador de jugadores a ligas importantes de fútbol. Pioneros en el desarrollo y visualización del fútbol femenino. Casa de ídolos morados, como el Rey Paté, el Mariachi, Gabri, Don Evaristo, Don Víctor, Porritas, Keylor, Katherine Alvarado, Caro Venegas… Uno de los equipos más ganadores del mundo, contando títulos nacionales e internacionales. El Glorioso Deportivo Saprissa no se cansa de coleccionar triunfos, trofeos y alegrías para su afición. Una institución de prestigio que forma jugadores y jugadoras con carácter desde su infancia y donde, gran cantidad de futbolistas en su incipiente carrera, anhelan llegar a ser profesionales.
El rumbo de esta historia de gloria morada, iba a sufrir una pausa. Un descanso, más obligatorio que por ocio. Hace dos años se empezó a propagar el virus del COVID-19 desde Asia y, ya para marzo del 2020, llegó a nuestro país. Ocasionando que las autoridades tomaran medidas extremas para el cuidado de todos los habitantes. Dijeron: “No más futbol”, lo cual fue una daga directa al corazón de un pueblo que vive y ama este hermoso deporte.
De forma paulatina, unos meses después, permitieron que se retomaran las actividades en estadios de fútbol, pero sin sus aficionados. Era un pequeño paso. Fue difícil jugar partidos sin afición. Pero, rigurosamente, los equipos se adaptaron a los protocolos sanitarios para el cuidado de las personas que tenían permitido ingresar. Así, en los últimos días de junio del 2020, a estadio vacío en cantidad de personas, pero lleno de apoyo, buenas vibras y el recuerdo de infinitas celebraciones, la Cueva fue testigo de la copa 35 del Deportivo Saprissa. Un gol de Mariano Torres que todos desde casa gritamos como lo habríamos hecho desde el estadio.
Un año después, todavía en medio de esta pandemia, logramos llegar al título 36 contra todo pronóstico, posterior a un torneo donde nos daban por muertos. Pero el Monstruo siempre está vivo, sin importar las instancias. Después de una semifinal de clásico agónica en el Morera Soto, y un gol casi de fantasía que nos regaló David Guzmán, ahí estábamos. Clasificados a una final más, contra un rival tradicional: el Club Sport Herediano. Y, esta vez, tampoco pudimos estar con ellos para apoyarlos directamente en el estadio. Aunque eso no les impidió ganar un campeonato más para las vitrinas más victoriosas de Centroamérica.
Hoy, a casi 2 años de iniciada esta pandemia, ya un poco más controlada que en meses atrás, el anhelo de muchos corazones se cumple. A partir del 15 de noviembre, volveremos a nuestra segunda casa. Podremos alentar de nuevo en las gradas. En el lugar que nos ha visto celebrar en incontables ocasiones. Donde hemos apoyado a todos los jugadores que han vestido la morada. Donde podremos ver a nuestra familia saprissista y llenarnos de alegría una vez más. La Cueva nos espera, sedienta de goles, cantos y celebraciones. Nos espera a nosotros, sus motores, los que la hacemos vibrar y ser uno de los estadios más temidos de la región. Y nos está esperando a todos, vestidos de morado y blanco, para que podamos finalmente decir: estamos de nuevo en casa.
Post a Comment